Te presento a Jason. Tiene 27 años, viste marcas de diseño y sale de un elegante Lamborghini rojo caramelo. Su Instagram es un carrete de lujosos almuerzos junto a la piscina en Dubai, jets privados a Bali y exclusivas fiestas en yates en Mónaco. ¿Su biografía? Emprendedor. Rey de las criptomonedas".
La última historia de Jason le muestra en un ático, bebiendo champán. El pie de foto dice: "Gané 50.000 dólares antes del almuerzo. ¿Quién quiere entrar?"
La sección de comentarios se inunda de emojis y reacciones de fuego. Sus seguidores quieren saber su secreto. Le piden consejos, información... lo que sea para imitar su estilo de vida. Y eso es exactamente lo que quiere. Porque Jason no es en realidad un genio de las finanzas. Es un vendedor. ¿Y el producto? Su propia ilusión.
El juego de Jason es sencillo. Alardea del sueño, te convence de que él tiene la clave y luego te vende una oportunidad "única en la vida" de aprender sus métodos. Una clase magistral, un seminario web, un grupo exclusivo de Discord... todo disponible por un precio "limitado".
¿La verdad? La fortuna de Jason no proviene de inversiones inteligentes. Viene de usted y miles como usted que pagan por un pedazo de su historia de éxito, con la esperanza de volver a escribir la suya. ¿Ese Lambo? Alquilado. ¿El ático? Una estancia a corto plazo en Airbnb. ¿La riqueza? Una ilusión cuidadosamente escenificada.
El pan de cada día de Jason son las criptomonedas. Publica gráficos, hace afirmaciones audaces y te dice que "sabía" cuándo comprar. Suelta palabras como "cadena de bloques" y "finanzas descentralizadas" como si fueran hechizos mágicos. Te asegura que, con sus consejos, tú también puedes convertir una inversión de 500 dólares en una fortuna.
Pero lo que no le dirá es lo siguiente: el verdadero dinero no está en el comercio, sino en vender el sueño. Sus mayores ganancias no provienen de movimientos criptográficos inteligentes, sino de las personas que compran sus cursos, membresías y llamadas de entrenamiento.
No es sólo cripto. Jason tiene amigos en todas las industrias que venden la misma fantasía. Los "magnates" de bienes raíces que prometen que usted puede ser dueño de propiedades de alquiler sin dinero inicial. Los entrenadores de ventas que afirman que pueden convertirte en un vendedor de seis cifras. Los "gurús" de la libertad financiera que juran que han desbloqueado los ingresos pasivos pero que, de algún modo, siguen necesitando tu dinero.
Su juego se basa en la urgencia. Actúa ahora. Las plazas son limitadas. El precio sube mañana. Te hacen creer que el éxito se te escapa de las manos, a menos que les pagues para que te muestren el camino.
¿Quiere saber si alguien es un fraude? Busque estas señales:
Si Jason hubiera descifrado realmente el código de la riqueza, no necesitaría vender cursos: estaría demasiado ocupado ganando dinero. Pero ese no es su juego. Su riqueza depende de convencer a los demás de que le necesitan para tener éxito.
Así que, antes de entregar el dinero que tanto le ha costado ganar, pregúntese: Si su método realmente funciona, ¿por qué están tan desesperados por vendértelo?
Aquí tienes una lección gratis: la mejor inversión que puedes hacer no está en el curso de un gurú, está en ti mismo. ¿Y el primer paso? Reconocer un argumento de venta cuando lo ves.
¿Te has enamorado de un engaño, has comprado un producto falso? ¡Reporte el sitio y advierta a otros!
A medida que aumenta la influencia de Internet, también lo hace la prevalencia de las estafas en línea. Hay estafadores que hacen todo tipo de reclamos para atrapar a sus víctimas en línea -desde falsas oportunidades de inversión hasta tiendas online- e internet les permite operar desde cualquier parte del mundo con anonimato. La capacidad de detectar las estafas en línea es una habilidad importante, ya que el mundo virtual forma parte cada vez más de todas las facetas de nuestra vida. Los siguientes consejos le ayudarán a identificar las señales que pueden indicar que un sitio web podría ser una estafa. Sentido común: Demasiado bueno para ser verdad Cuando se buscan productos en Internet, una gran oferta puede resultar muy tentadora. ¿Un bolso Gucci o un iPhone nuevo a mitad de precio? ¿Quién no querría hacerse con una oferta así? Los estafadores también lo saben e intentan aprovecharse de ello. Si una oferta en línea parece demasiado buena para ser verdad, piénsatelo dos veces y compruébalo todo. La forma más sencilla de hacerlo es consultar el mismo producto en sitios web de la competencia (en los que confíe). Si la diferencia de precios es enorme, quizá sea mejor volver a comprobar el resto del sitio web. Compruebe los enlaces a las redes sociales Hoy en día, las redes sociales son una parte esencial de las empresas de comercio electrónico y los consumidores s
Así que ha sucedido lo peor: se ha dado cuenta de que ha desembolsado su dinero demasiado rápido y de que el sitio que ha utilizado era una estafa, ¿y ahora qué? En primer lugar, no se desespere. Si crees que te han estafado, lo primero que tienes que hacer es pedir que te devuelvan el dinero. Este es el primer paso, y el más sencillo, para determinar si se trata de una empresa auténtica o de un estafador. Lamentablemente, recuperar el dinero de un estafador no es tan sencillo como pedirlo. Si efectivamente está tratando con estafadores, el procedimiento (y la posibilidad) de recuperar su dinero varía en función del método de pago que haya utilizado. PayPal Tarjeta de débito/crédito Transferencia bancaria Transferencia bancaria Google Pay Bitcoin PayPal Si has utilizado PayPal, tienes muchas posibilidades de recuperar tu dinero si te han estafado. En su sitio web, puedes presentar una dispu ta en un plazo de 180 días naturales desde tu compra. Condiciones para presentar una reclamación: La situación más sencilla es que hayas hecho un pedido en una tienda online y no te haya llegado. En este caso, esto es lo que declara PayPal "Si su pedido nunca llega y el vendedor no puede proporcionar una prueba de envío o entrega, obtendrá un reembolso completo. Así de sencillo". El estafador le ha enviado un artículo completamente distinto. Por ejemplo, usted pidió una PlayStation 4, pero en su lugar sólo reci