El curioso caso de la Iglesia y las estafas en Kenia

¿Están permitiendo las iglesias keniatas las estafas en Kenia? En las últimas semanas, las iglesias de Kenia han vuelto a ser noticia por motivos equivocados. En lugar de ser los centros de alimento espiritual que deben ser, se están convirtiendo en ricos cotos de caza para una nueva especie de depredador: el estafador sagrado. Desde pastores que prometen beneficios financieros divinos hasta "inversores" de discurso astuto que predican la prosperidad, parece que cuando se trata de desplumar a los fieles, algunas personas han hecho de ello un retorcido arte.

Alabanza, adoración y Ponzi

El primero es un líder carismático que podía vender hielo a un esquimal y hacerle creer que era un milagro. No sólo predicaba sobre la salvación espiritual, también prometía la salvación financiera.

A través de un sistema de divisas inestable, De La Vie Consult, convenció a los miembros de su iglesia de que podrían ganar la friolera de un 30% de rentabilidad sobre sus inversiones cada mes. Parecía una bendición caída del cielo, y por un breve momento lo fue. Los más madrugadores obtuvieron beneficios y la noticia corrió como la pólvora. Pero entonces, el pozo se secó.

Este predicador había presentado su inversión como el billete de oro para la seguridad financiera de sus familias. Algunas personas estaban tan convencidas que pidieron préstamos o incluso vendieron sus propiedades, todo con la esperanza de cobrar esos dulces, dulces beneficios.

Pero cuando las ganancias cesaron, también lo hizo el sueño. En lugar de admitirlo, Silas envió correos electrónicos y mensajes desesperados, afirmando que la iglesia se enfrentaba a "desafíos" y prometiendo que los pagos se reanudarían pronto. Para colmo, se atrevió a llamar desagradecidos a sus feligreses, insistiendo en que De La Vie había sido su salvación.

La estafa de 600 millones de chelines (4,6 millones de dólares) del pastor de la ciudad: Fe contra empleo

Si el primer caso te pareció malo, espera a conocer el del "pastor de la ciudad" que consiguió estafar 600 millones de chelines a 4.000 personas. Su discurso no consistía en multiplicar tu dinero, sino en conseguirte un empleo, algo que todo keniano sabe que vale su peso en oro.

Este pastor, que claramente no aprendió el "No robarás", convenció a sus seguidores de que tenía contactos en las altas esferas. Por un módico precio (o más bien, un precio no tan módico), podía conseguirles trabajos bien remunerados en el extranjero. En un país donde las oportunidades de empleo son tan escasas como una tormenta de nieve en Mombasa, era una promesa demasiado buena para dejarla pasar.

Así que los fieles pagaron, sólo para encontrarse en una situación familiar: arruinados, desesperados y sin trabajo. ¿Y el pastor? En ninguna parte. Resulta que el único trabajo que se le daba bien era desaparecer.

Fuente: Nation.africa

El inversor de Eldoret: Cómo desaparecer con mil millones de chelines y una oración

Si la estafa fuera un deporte olímpico, el"Inversor de Eldoret" se llevaría el oro. Eldoret, la ciudad más nueva de Kenia, tiene fama de ser cuna de campeones, pero esta vez ha sido cuna de estafadores. Este supuesto inversor no se limitó a realizar una estafa corriente, sino que lo hizo con estilo, utilizando las iglesias como escenario y a los obispos como involuntarios coprotagonistas.

El sospechoso se infiltró en iglesias de todo Eldoret, convenciendo a obispos y pastores para que respondieran por su empresa de inversiones, Springmak. ¿La promesa? Un asombroso 18% de rentabilidad mensual que sonaba demasiado bien para dejarlo pasar, sobre todo cuando venía con el sello de aprobación del púlpito. Los feligreses, animados por sus líderes, se apresuraron a invertir. Algunos incluso pidieron préstamos, atraídos por el sueño de la riqueza fácil. Después de todo, ¿quién no confiaría en una oportunidad bendecida por su pastor?

Pero cuando llegó el momento de cobrar, el Inversor de Eldoret hizo un clásico acto de desaparición. ¿Los pagos prometidos? Desaparecieron. ¿El inversor? En ninguna parte. En lugar de enriquecerse, casi 300 aspirantes se quedaron con la cartera vacía y los sueños rotos.

Y cuando se pensaba que la historia no podía ser más disparatada, reapareció el hombre con la madre de todas las excusas: "Llevo meses en el hospital y si aparezco ahora, me detendrán o me matarán".

Para los que quedaron tras él, la traición es profunda. La iglesia, un lugar de confianza y comunidad, se convirtió en el telón de fondo de una de las mayores estafas de la ciudad. ¿Y el inversor de Eldoret? No sólo se llevó el dinero, sino también su fe en todo lo que creían bueno y verdadero. Ahora, en lugar de contar sus bendiciones, cuentan sus pérdidas y se preguntan cómo se la han jugado.

Fe en las rocas: Recogiendo los pedazos

¿Qué ocurre cuando el mismo lugar al que acudes en busca de esperanza y orientación se convierte en el escenario de tu caída? Para muchos kenianos, estas estafas han sacudido su fe, no sólo en la Iglesia, sino en la humanidad. La santidad de la Iglesia se ha visto mancillada y el camino hacia la recuperación es largo y doloroso.

Pero aquí viene lo bueno: no son sólo historias de pérdidas. Son historias de cautela, recordatorios de que la confianza es algo precioso, e incluso en lugares tan sagrados como una iglesia, puede ser explotada. La Iglesia debe hacer ahora un serio examen de conciencia para recuperar su papel de verdadera protectora de su rebaño.

A fin de cuentas, el curioso caso de la iglesia y las estafas en Kenia es una historia que podría llenar un capítulo entero de una Biblia moderna, llena de lecciones sobre la codicia, la credulidad y la importancia de mantener la cordura. Porque, como resulta, no todas las personas que citan las Escrituras tienen tus mejores intereses en el corazón. A veces, sólo buscan hacer dinero rápido, y si no tienes cuidado, podrías encontrarte en el extremo equivocado de una "bendición" que es cualquier cosa menos divina.

Este artículo se publicó originalmente en GASA.org